Colegios Marianistas: Una red solidaria y creativa

Por: Rafa Iglesias, sm

No somos solo 20 centros escolares en una misma organización. Somos familia y quienes formamos parte de esta red marianista nos vamos conociendo cada día más, admirando lo que es propio de cada uno de nuestros colegios, sus particularidades, aciertos, capacidades y desafíos. Y entonces saltan chispas de creatividad, afecto y solidaridad que achican distancias y ponen en marcha iniciativas porque cada lugar se siente vinculado a los otros.

De ello nos habla la exposición fotográfica “Así es Cádiz desde mi objetivo” inaugurada en San Felipe Neri el pasado 30 de abril. Una obra de nuestro compañero Antonio Camacho Balber, responsable de mantenimiento del colegio y extraordinario fotógrafo capaz de captar la luz y el color de una ciudad llamada por los poetas “señorita del mar, novia del aire” y  “salada claridad”. Un espacio urbano que deja captar parte de su misterio de distintos modos para quienes tienen alma y sensibilidad artística.

Antonio Camacho Balber

Antonio ha viajado dos veces a Almería, cruzando los muchos kilómetros que separan a las dos capitales andaluzas y ha quedado prendado del maravilloso trabajo educativo de nuestros compañeros del Colegio Marianista Virgen de la Chanca.  La prensa local se ha hecho eco de esta exposición y numerosas personas se acercan para adquirir las bellas imágenes con las que el recibidor del colegio se ha vestido de azules, atardeceres, barcas en bajamar, calles estrechas que nos adentran en el caserío dieciochesco gaditano o una catedral de las Américas que como navío parece flotar sobre el Atlántico como elemento imprescindible del skyline de la ciudad Trimilenaria.

La recaudación integra de la exposición está dedicada a apoyar la preciosa misión del Colegio Virgen de la Chanca. Muchos compañeros del colegio marianista de Cádiz han querido poner su granito de arena a esta iniciativa solidaria, artística, hermosa de una de las personas que hacen posible que nuestra casa funcione y sea hogar para todos. Un signo más de que nos sentimos parte de un proyecto presente en distintos lugares pero con una misma finalidad: hacer posible la vida buena y digna de niños, jóvenes y familias desde el espíritu del evangelio y desde nuestro modo de entender a las personas, las relaciones y el mundo: el carisma marianista.